Ojalá comenzar por las tareas más difíciles, dejando las simples para el final. Si se lleva mucho rato estudiando una misma materia, es conveniente ir intercambiando con otros contenidos o asignaturas.
La primera fase del estudio es la captación de los datos. Para ello, lo mejor es hacerlo mediante la mayor cantidad de vías sensoriales: visual, auditivo o verbal. La vía principal dependerá de las condiciones de cada estudiante.
Luego viene la fase de retención y evocación. Aquí se recomienda que al final de la sesión el alumno escriba -sin consulta alguna- un resumen de lo aprendido.
Después viene la etapa de la elaboración e integración de los conceptos. Para ello resulta práctico poder discutir las ideas propias y resignificar lo aprendido con las ideas de los otros. Finalmente, se debe lograr aplicar lo aprendido a la resolución de problemas. De nada sirve el conocimiento si luego no sabemos dónde o para qué utilizarlo. Trata de ver, cómo puedes ocupar lo aprendido en tu vida cotidiana. Trabaja con ejemplos concretos.